Sus ojos me penetraron nada mas entrar en la tienda.
Todos esos artilugios colgados por las paredes del local. Desde oxidados herrajes para trabajar el campo hasta tijeras de cocina.
Todos con una particularidad. Habian sido utilizados para cometer un crimen con sangre.
Fui buscando una pieza en especifico. Un conocido me recomendo la zona y al ver el escaparate no dude de que aquella era la tienda que buscaba.
El dependiente. Un señor mayor de pelo ralo, tan solo con un pequeño gesto de cabeza me saludo y me pregunto que deseaba.
No quise dar sensacion de nerviosismo aunque notaba el pulso latir en mi yugular asi que eche un ojo alrededor antes de acercarme a preguntar.
Me contesto que si que conservaba la pieza que yo buscaba y se introdujo en la trastienda.
No se si me molestaba mas el sudor o el temblequeo de mis manos.
Cuando salio me miraba sarcasticamente. Traia en sus manos y envuelto en un pañuelo aquello con lo que llevaba soñando tanto tiempo.
Lo desenvolvio y mis lacrimales se humedecieron. Ahi estaba la pieza de jade mas grande jamas encontrada en Guatemala.
La famosa Piedra Yuca.
Preferi no dudarlo. Cogi unas tijeras que se encontraban sobre la mesa y que habian ayudado a degollar a cierto empresario nigeriano afincado en Niza, y las clave en la oreja del vendedor.
Recogi con todo el cuidado del que fui capaz la Piedra Yuca y sali corriendo hacia el hostal en que me hospedaba. Recogi mi maleta, pague la cuenta, y me encontraba pasando la aduana antes de que los servicios de urgencia llegaran al lugar del crimen.
Una vez sentado en el avion pude respirar de nuevo.
Sobrevolaba la cordillera andina cuando decidi echar otra mirada a la piedra.
Tal y como yo la recordaba.
La piedra de jade tallada con forma de bala con el que mate a mi padre...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario