martes, 26 de enero de 2010

Todo es mejorable

Dedicas tu vida a aprender, y siempre piensas que en el ahora, en el presente, a la hora de crear, estás haciendo lo mejor posible, sinembargo cuando tienes la perspectiva del tiempo, puedes ver como tu has aprendido y como otros han aprendido, como el ser humano ha aprendido y te das cuenta de que todo es mejorable...

domingo, 24 de enero de 2010

Vuelvo

Vuelvo a de donde vengo,
y encuentro.
Que tenía tanta razón,
sin nacer sabido habiendo.

Poco importa ya la rima,
o el murmullo del vinilo,
todavía recuerdo triste,
lo que quise haber oído.

Tonto.
Por seguir creyendo cuentos.
Ciego.
Por amar crear veneno.

Muerto, imbecil, pedigueño,
me desvivo por un sueño.
Lloro amargo en este empeño,
de domar mi propio dueño.

Disparando contra el ego,
recordando qué me importa.
No me digáis que luego,
no se entiende mi derrota.
Si para llegar aquí,
necesité de mi vida,
ahora llegar a aquello,
creo que ya no importa.

Vuelvo.

Vuelvo a de donde vengo,
y encuentro.
Que tenía tanta razón,
sin nacer sabido habiendo.

sábado, 16 de enero de 2010

Ecos de Destrucción

Hay dias que en mi cabeza tan solo retumban los ecos de la destrucción.

Como en un mad max apocalíptico en el que la gasolina vale mas que la vida.

Desprecio la vida de esos pequeños insectos de formas humanoides que me rodean.

Ellos no se dan cuenta...

Soy yo...

Y ellos no se dan cuenta...

Mis sueños megalomaniacos me regalan imagenes en las que con mis 50 pies de altura disparo rayos azules por los ojos caminando entre rascacielos y trozos de mi barba ardiente aterrizan sobre esos diminutos seres que intentan huir de mi sin conseguirlo.

Mi risa hecatombica rebota contra las fachadas reventando los vidrios que llueven hiriendo a jovenes pechugonas que corren sin apenas ropa heridas por la ducha de cristales mientras se tapan los oidos con la mano para evitar ensordecer por mi grito.

Me detengo. El suelo vibra por mi ultimo pisoton. El metro colapsa y la joven pechugona cae de sus tacones. Y llora al encontrar la sangre que mana de su nariz.

Disfruto ignorando el insulso ataque de esos pequeños avioncitos que dan vueltas a mi alrededor disparandome con sus inutiles y diminutas metralletas. Mi gruesa piel apenas percibe los proyectiles y lo único de lo que podria quejarme seria del incomodo ruido de sus motores de hojalata.

Una pequeña hembra humana me mira aterrorizada desde la ventana, pero sus ojos no mienten. Piensa en el tamaño de mi enorme sexo.

Destrozo ese edificio al apoyarme sobre el.

Hay dias que en mi cabeza tan sólo retumban los ecos de la destrucción.

Y es porque todo ese torbellino de destrucción megalomanica en el que me vi envuelto, desemboca irremediablemente en un oasis de paz.

Una pequeña cascada, ún arbolito fresco y jugoso, un claro en el bosque y yo ahi sentado, como un niño preparado para jugar con el barro.

Una guitarra, las notas melodiosas de esa estupenda nueva cancion me mecen y dentro de mi propio sueño me duermo a mi mismo mientras en mis oidos se diluyen los acordes entre los ecos de la destrucción...