Querer Parar

Querer Parar.

Parece simple ¿no?
Querer. Parar.
Porque solo no se detiene,
Tienes que querer pararlo.

¿Qué fuerza hay que detenga ese flujo de vertido de ego descontrolado, en este paraíso apartado al que llamamos virtual?
Querer Parar.
Y si quieres que se pare debes actuar.
Tienes que realizar una acción.

Concreta.

Que implica el pensamiento, que implica tu latido, y que puedes mover tus músculos...que implica que estás vivo...

Para que se pare.

Para que se pare,
tienes que querer parar,
Porque solo no se detiene y continua en movimiento.

Y aunque Aza Raskin se arrepienta de su invento
el infinito nos acecha,
y echa cuenta de ese tiempo que dedicado a otras cosas nos haría ser eternos...

La inabarcabilidad de las historias nos abruma el subconsciente y nos produce el deseo ardiente de alcanzar alguna meta que no existe en esta noria llena de culos y tetas.

Porque somos como hámsters en la rueda de la nada.
Y ese todo que no para, nos atrapa con sus filtros que destrozan diferencias que nos hacen ser humanas.
Y pequeños corazones sustituyen nuestras almas.
Y si queremos que pare...
debemos...tocar la pantalla...

Querer parar.
Parecía simple.

Pero es que ahora que ha parado,
Que he" acallado a la bestia y que el tiempo he congelado.
Ahora mi dedo apretado se encuentra aquí atrapado.

Si antes esclavo del todo, ahora estatua de sal y lodo.
Prisionero del momento en que si me rindo y lo suelto
retorne de nuevo ese flujo a este rio sin estuario

Y a diario me pregunto
si el sentido de esta vida
es vivir siendo un difunto