No tengo tiempo de escribir,
Ni de pensar,
Ni de cruzar el abismo.
Así que arranco errático el viaje
de transmitir sin sentirlo.
Al confín del universo,
donde habita la galaxia.
Más allá de la razón.
Pasado el borde que enmarca la realidad en que vivimos,
confinados,
esperando el colofón.
Allá donde no existe el aire.
Ni se respira,
Ni se pretende dar lógica a todo aqueste sinsentido en ruina...
Allí acabamos,
después de vivos.
Y desde aquí sólo intentamos,
que los gritos que pegamos,
alcancen a rebotar en los muros infinitos
de ese limite perdido.
No entendimos.
O no quisimos.
O acaso hicimos por parecer dormidos.
Fuimos...
y somos.
Volvimos...
al olvido.
Y retornamos,
al inicio.
Sin mensaje ni sacrificio.
Sin gloria ni desperdicio.
¿Para qué este esfuerzo invertido sin redito ni beneficio?
Maleficio! eso es el arte,
del equinoccio al solsticio.
